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jueves, 16 de agosto de 2018

Reseña: Cobra Kai - Primera Temporada . Golpea primero, sin piedad!




Cobra Kai: Reseña de la primera temporada





Sinopsis:

Luego de 34 años en una vida miserable tras perder con Daniel Larusso, Jhonny Lawrence reabre el dojo Cobra Kai y entrena a su propio grupo de jóvenes karatekas. Por su lado, Daniel vive una vida llena de lujos y al enterarse de la vuelta del dojo intenta boicotearlo. Así renace la rivalidad entre ambos.




Quizás recuerden aquella loca teoría en la cual se acusaba a Daniel San de ser el verdadero villano de la recordada película Karate kid. Según esta teoría, Daniel nunca fue el buen chico víctima de bullying que quisieron hacernos creer en el film. Al contrario, se lo considera un tipo que se metió de prepo en la vida de Jhonny Lawrence para no solo buscarle roña, partirle la cara a patadas, sino también comerse a su novia y dejarlo como un gil frente a todo el colegio. O sea, un reverendo forro.

Bueno, al parecer a los guionistas encargados de la realización de Cobra Kai les pareció interesante utilizarla. Y es por eso que la serie tiene como protagonista al karateka rubio que supo perder aquella recordada final a mediados de los  80. E intentan que empaticemos con el mostrándonos el lado de este personaje que desconocíamos por completo.



La historia comienza con Jhonny viviendo una vida rutinaria y deprimente. Cuando no está ocupado en desempeñarse en un trabajo que odia, pasa sus días entre borracheras y pelis viejas. Poco y nada queda del pibe canchero que se llevaba el  mundo por delante en Karate Kid. Jhonny vive estancado en el tiempo y su vida no tiene más propósito que el de vivir el día a día haciendo siempre las mismas cosas.

Sin embargo, todo cambia cuando luego de defender a su vecino del ataque de unos bravucones. Resulta que el pibe queda re copado con los movimientos de Jhonny y le pide que sea su sensei. Así, luego de hacerse un poco el difícil, nuestro prota acepta y además, decide reabrir el dojo Cobra Kai.

Cobra Kai never dies!

Al convertirse en sensei, Jhonny encuentra una motivación para seguir adelante. Ayudando a chicos débiles, introvertidos, víctimas de bullying, e inseguros de sí mismos a ser fuertes, mortales y despiadados.

Sacá el pibre cobra que hay en vos!

Por el lado de Daniel Larusso, este se ha convertido en un exitoso vendedor de autos. Con varias concesionarias y hasta con publicidades en la tv y carteles gigantes en la ciudad. Daniel ha aprovechado el éxito que tuvo siendo una joven estrella del deporte y lo usa en sus publicidades regalando bonsais y haciendo movimientos de karate. Aunque en su vida personal éste esté fuera de su vida diaria. Sin embargo, cuando se entera que Cobra Kai ha reabierto sus puertas reflotan en él recuerdos de la adolescencia que lo llevan a comportarse como un verdadero forro. Haciendo que le suban el alquiler a Jhonny para obligarlo a cerrar el dojo.


Si bien está claro que Cobra Kai es una serie nostálgica. La verdad es que no abusa del recurso del flashback mas que para contextualizar o marcar alguna similitud con el presente.



Los capítulos avanzan y los que comienzan a tomar protagonismo son los jóvenes karatekas. Por un lado Miguel se convierte en el mejor estudiante de Cobra Kai. Y en este proceso pasa de ser un chico bueno y gentil a una agresiva máquina de pelear. Lo mismo ocurre con personajes como Hawk o la gordita cuyo nombre ya olvidé, pero que pasó de ser una nerd a ser una aplanadora.

Hawk pasa de ser un taringuero promedio víctima de bullying a ser un punk que se agarra a trompadas y se come pendejas chetas. Todo gracias al entrenamiento de Cobra Kai.

La cosa se pone picante porque el hijo de Jhonny, Robby Keene, decide trabajar en la concesionaria de Larusso para hacer enojar a su padre. Sin embargo, acaba descubriendo un impensado respeto por el estilo de vida que el karate predica. Y acaba finalmente siendo discípulo de Daniel San.

El  hijo de Jhonny es tremendo garca. Sin embargo, cambia al conocer la filosofía del karate. Pasando de ser un chico malo a un discípulo de las enseñanzas pacifistas de Miyagi.

Para más  bardo, Miguel se pone de novio con la hija de Larusso. Y Robby, aparece en una fiesta con ella. Haciendo que Miguel se re caliente y saque la cobra que hay en el. Obviamente, la pelea entre estos dos se va a dar en el torneo de karate. Porque por algo esto se llama Karate Kid.

Por último, la aparición sobre el final de un personaje trascendental en la vida de Jhonny Lawrence hace que nos quedemos re manijas a la espera de una segunda temporada.







En fin, a lo largo de la serie vemos a Jhonny reencontrándose con Daniel, amigándose y volviéndose a pelear pero sin llegar a cagarse a trompadas. Comportándose de manera inmadura y mostrando un fuerte apego a las cosas de su época. Veremos también críticas a la generación actual. Insultando a sus alumnos. Instándolos a salir un poco de la alienación tecnológica e incluso llegando a considerarlos maricas por sufrir cyber-bullyng y hasta mostrándole rock de los 80. La serie maneja un humor agresivo y un tanto oscuro. Y si bien hay quienes pueden considerar esto como ofensivo (adivinen quienes) realmente no me parece que esté hecho con mala intención. Sino mostrando la forma de pensar de una generación anterior que sabe tener una visión mas directa de las cosas.









Conclusión:

La serie resulta muy divertida y le da la impresión a uno de que se le pasan volando. De  hecho, me miré la primera temporada en una tarde al llegar del laburo. Es ideal para ver en familia porque es producto ochentoso insertado en la época actual. Pero sin resultar forzado ni nada por el estilo. En mi opinión, no es una serie que les va a cambiar la vida pero si que les va a sacar alguna sonrisa y los va a sacar del aburrimiento. Eso seguro. Recomendado si te gusta la nostalgia, las patadas y ver adultos bardeando a adolescentes.






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